A muchos desde pequeños nos han dicho que las zanahorias mejoran la vista y que hasta veríamos mejor por las noches, pero, ¿es cierto? ¿De verdad las zanahorias mejoran la vista y nos otorgan el superpoder de la visión nocturna?
Pues tengo que deciros… que por desgracia no es cierto (¡hasta cierto punto!). Aunque hay una historia bastante curiosa detrás de todo este mito que nos han metido en la cabeza.
El origen del mito
¿De dónde viene toda esta idea equivocada de que las zanahorias mejoran la vista?
No, no se lo inventaron nuestros padres para obligarnos a comer todas las verduras del plato, y tampoco nuestros abuelos. Este mito proviene de la Segunda Guerra Mundial y surgió como un rumor de los británicos para evitar que los nazis descubrieran la existencia del radar, instrumento que decidió en gran parte la guerra.
La aviación británica tuvo gran ventaja al principio de la guerra gracias al radar por lo que extendieron el rumor de que comiendo zanahoria se mejoraba la visión -especialmente de noche-. Los alemanes se lo creyeron, y nosotros también, por lo que el mito sigue vivo hasta la actualidad. Pero no todo es mentira, por suerte.
Los beneficios de la zanahoria
En verdad, las zanahorias sí que son beneficiosas para la vista, pero desde luego no tanto como nos hacen creer. Me explico mejor:
Las zanahorias son ricas en vitamina A, que es imprescindible para el correcto funcionamiento de la vista, del desarrollo de la piel y del sistema inmunitario. No obstante, no notaremos mejoría en nuestro sentido de la vista si tenemos una buena alimentación. La mejora solo es perceptible en casos en los que se tiene déficit de esta vitamina o malos hábitos alimenticios.
Así que ya sabéis que comer muchas zanahorias no os otorgará supervisión, ¡lo que sí que os puedo garantizar es que si os pasáis de la raya, vuestra piel se volverá anaranjada, y no me lo estoy inventando!
Carotenemia: piel anaranjada
La carotenemia (también llamado carotenodermia o carotenosis) es un trastorno por el que nuestra piel se puede volver anaranjada. Esto ocurre cuando ingerimos gran cantidad de alimentos ricos en betacaroteno, un pigmento vegetal que podemos encontrar en zanahorias, calabazas y espinacas, entre otros.
Esta condición no es para nada peligrosa así que no os preocupéis, además de que hay que consumir bastante cantidad de betacarotenos para que se note el efecto. Si por alguna casualidad seguís teniendo la piel naranja, para que se vaya basta con dejar de tomar tantos alimentos ricos en betacaroteno.
¡Qué Curioso!