Las cartas de amor de Fiat que sembraron el caos

Si bien la tradición de mandar cartas de amor va perdiendo adeptos día tras día, todavía hay gente que ve en el proceso una buena forma de mostrar sus sentimientos a la otra persona. Algo parecido pensó Fiat cuando en los noventa puso en marcha una campaña de marketing cuanto menos peculiar.

Cartas de Amor

Fiat (o FIAT, siglas de Fabbrica Italiana Automobili Torino) es una conocida marca de automóviles, que en marzo de 1994 puso en marcha una campaña de marketing para atraer al mercado femenino español que acabó en desastre, provocando un grandísimo revuelo nacional.

La campaña consistía en el envío de 50.000 cartas de amor anónimas y dirigidas a chicas jóvenes, con su nombre y todo. Las cartas estaban escritas a máquina en un papel rosado en el que se piropeaba a las destinatarias y se les invitaba a tomar parte de una «pequeña aventura». La carta completa rezaba: «Ayer nos volvimos a ver. Nos cruzamos en la calle y noté que me mirabas con interés. Pero nuestra relación no pasa de esto y no quiero que siga así. Necesito conocerte y que me conozcas… ¿Quieres que tengamos una pequeña aventura? Estoy seguro de que estamos hechos el uno para el otro.»

Tras unos días –entre 4 y 6– las destinatarias recibían una carta destapando todo el asunto, que quedaba claro como el agua. El autor de la carta se presentaba bajo el nombre de «Fiat Cinquecento» y la carta aparecía firmada por Fiat y con una invitación para visitar el concesionario más cercano.

Fiat Cinquecento, el autor de todo el revuelo.
Fiat Cinquecento, el autor de todo el revuelo.

Lo que Fiat no se esperaba era que la carta daba lugar a malentendidos. Malentendidos bastante serios. Las mujeres que las recibían creían que estaban siendo perseguidas por algún tipo de psicópata, encerrándose en sus casas y llamando a la policía. En otros casos la misiva hacía peligrar los cimientos de varias parejas, cuando eran interceptadas por la persona equivocada.

El problema se acentuó cuando debido a los retrasos en el correo la segunda carta tardaba más en llegar de lo debido. Además, Fiat también quería poner anuncios en televisión y carteles publicitarios, aunque la organización no salió bien, dando lugar a retrasos que empeoraron la situación. Fiat, tras ver el «rotundo éxito» de su campaña publicitaria, anuló el envío de más cartas y envió cartas certificadas a las afectadas, pidiendo condolencias.

Hoy en día es, cuanto menos, una anécdota bastante graciosa. ¡Qué Curioso!


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